Hoy vi unos ojos negros, lejanos,
de otras tierras, de otro mundo,
hablaban otra lengua extraña, muda,
lengua de vida con acento inquieto.
Ojos jóvenes pero llenos de vida,
de kilómetros en el cuerpo.
Los acompañaba una sonrisa,
franca, sincera y cercana,
con más ganas que motivos
iluminaban una cara.
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