No quedaba ni un pedazo
De dignidad en mi cuerpo
Cuándo dijiste "no puedo",
Mandando el plan al carajo
Poniendo el día boca abajo.
Lloré, grité y maldije
No sé qué más cosas hice...
Los sapos y las culebras
Devoraban mis entrañas
Hinchándome las narices.
Iba dispuesto a cantarte
Aún no sé si las cuarenta,
Cómo cuando la parienta
Te pilla en un jaque mate,
En la boda y sin el traje.
Las cuarenta como decía
A la luz del mediodía...
Pero la bruja que escondes
La que domina a los hombres
La que a mí me maravilla...
Con un magico conjuro
Desmanteló mi ofensiva
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