A los pies de tu alcoba
cual perro guardián
moviendo la cola,
espero la noche y el día.
Velo tus sueños
y espanto las pesadillas,
atusando tu pelo...
besando tus mejillas.
Casta mirada contempla
la desnudez de tu cuerpo,
aunque mi alma intenta
poseerlo entero.
A los pies de tu alcoba
como esclavo viejo,
espero a quien roba
tu imagen del espejo.
Piropos y requiebros
cruzan mi mente y callan,
como argumentos yerros
que las razones espantan.
A los pies de tu alcoba
voy a la caza furtiva,
de una astuta loba
que de mis brazos huía.
Mis armas declaro
al momento de la batida,
que no hay pecado
en curar mi herida.
A los pies de tu alcoba
sueño con ser tuyo,
por ser yo y no otra
la persona que te tuvo.
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