Tus labios, tiernos, bellos y sutiles,
apasionados, deseables, deseados,
soñados, fieles, cómplices y amados,
pecadores, lascivos y febriles.
Esos labios que buscaba y encontré,
que bese hasta que los míos dolieron,
que a su nido de nuevo volvieron,
Esos labios que jamás olvidaré.
Que en mi boca tatuaron versos de amor,
y en mis sueños se alojan cada noche,
buscando tu cobijo y tu calor.
De aquellos que no salio más reproche,
que no fuera yo tu dueño y señor,
que no fuera quien te amo con derroche.
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