lunes, 7 de mayo de 2007

Vacias


Ya no oigo tus palabras,
tus silencios son eternos,
en la mirada llevas,
el frío de todos los inviernos.

Ya no siento tus caricias,
soy un leproso para tus manos,
hasta mi llegan tus noticias
con varas de avellanos.

Tus pensamientos ya no están a mi lado,
se fueron y justo en frente se plantaron.
¿Como quienes tanto se amaron,
al odio se han abocado?

¿Como puede odiarme el ángel al que mas quiero?
Si mi vida daría sin tan siquiera rechistar.
Solo con que me lo pidiese sin pero,
solo con que me quisiera besar.

Pero esas caricias se acabaron,
pero esas palabras dulces y cariñosas,
aquellos gestos y risas contagiosas,
aquellas por desgracia ya volaron.

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