Lo noto hoy preocupado
dicen que le han encargado,
un trabajo sucio y desagradable
debe hacer algo despreciable.
Por ahí llega su amigo Javier,
han estado juntos desde niños,
para el siempre ha de tener
buenas palabras y guiños.
Pero hoy su semblante
es serio, más que otras veces.
Javier, por un instante,
de miedo palidece.
Nuestro hombre por el hombro
coge a su gran amigo,
este con cara de a sombro,
escucha al oído.
Hace un gesto para escapar
pero su, antes amigo, lo evita,
abriéndose un poco el gabán
le enseña un arma maldita.
Lo lleva al descampado
que hay tras la escuela,
Javier desconsolado
lo peor se espera.
Pablo, que así se llama,
mete la mano en su gabán,
y de el un sobre saca
dineros que a Javier esperanzan.
Un abrazo pretende darle
que Pablo no permite.
Y empieza a gritarle
mi jefe quizás me decapite.
Esta vez si, el abrazo
une a los amigos,
Es más fuerte el lazo
que el posible castigo.
Pablo da las ordenes
que Javier jura cumplir,
nada de juegos con quienes
le mandaron hacer morir.
Ya os decía que era fiel,
El hombre del sombrero,
y aunque le sepa a hiel
la amistad lo primero.
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