jueves, 14 de octubre de 2010

La fuga

Vamonos le dije yo aquel dia
que me armé del suficiente valor,
para decirle cuanto la quería,
que mi enfermedad era el amor,
que de tan grande ya no me cabía,
que notaba en el pecho un dolor
y que ella sabia por que dolía.
Toledo, Barcelona o Ulam Bator
siempre que con ella fuera,
serian destino alentador
de esta esperanza infinita,
de este fuego abrasador...

Subete a mi caballo preciosa
no es pura sangre, ni percherón,
pero nos llevará a la gloriosa,
bella y deseada estación,
la locomotora suena ansiosa
el tren partira sin compasión,
de esta vida triste y dolorosa
que me da y quita la razón...

Ves la partida de pie en el anden,
donde mis sueños se emborronan,
ya no puedo bajarme de este tren
y las sonrisas me abandonan,
y aunque no quiero logro entender
las vidas que te agobian,
Volveré a tu lado como siempre
sin las nubes que me atormentan...

Quizás mi viaje sea largo
o larga sea mi condena,
me voy yo no valgo...
Yo no valgo la pena.

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