viernes, 22 de febrero de 2008

Fuera de mi vida!

Quiero echar de mi vida
aquello que me inquieta,
el rencor y la avaricia,
la maldad en todas sus facetas.
Quiero que se vaya para siempre,
el dolor que sufren mis amigos,
que aquel que odio siembre,
recoja tempestades y castigos.
Deseo con toda mi alma
no tener que estrechar la mano,
ni aún sabiendo que está en calma,
a un enemigo sino a un hermano.
Desterrar de este mundo
la falsedad y la hipocresía,
que no se mate al moribundo,
y botar también la cobardía.
Borrar la tristeza de mi rostro
y así contagiar la felicidad,
a aquellos que están abordo
en el barco de mi amistad.
Que no me pasen factura
el desamor y el desamparo,
alcanzar la sabia locura
y que amar no sea tan caro.

Como diría Manolillo,
me da pena que se admire
con mas orgullo que brillo,
el valor en la batalla.
¿Permitidme que suspire
cuando ganan las palabras!.
Sigo sin entender el por qué,
de nuestra admiración
por la fuerza y el tesón,
debemos recordar aquel
que sin violencia consiguió
que nos olvidásemos del ayer,
y en el futuro nos centró.
Ojala se fueran y no regresaran
las cosas malas que hacen,
que cada día se disparen balas
y nuevas vidas acaben.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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