Firmes son nuestras decisiones,
fuertes nuestros planteamientos,
como viejos árboles
que desafían al viento.
Si nuestro carácter es fuerte
de nuestra posición no nos movemos,
la brisa a penas se siente,
el huracán ya lo veremos.
Aquel junco débil que
bambolean mis suspiros,
aguanta cualquier ataque
ciclones o tornados.
Cuando temporal amaina
el tronco partido del árbol,
muestra la muerte con saña.
Mientras en la ribera del río
el junco pequeño y débil,
sigue erguido.
2 comentarios:
Bellas y muy dulces tus poesias, Luis Felipe.
Lo haces de facil lectura y gran sentimiento.
Un saludo desde Ciudad Real.
Emilio.
La fortaleza muchas veces no está en mantenernos en nuestra posición sin movernos de ella, sino en saber adaptarnos a las situaciones, al soplo del viento.
Muy bueno tu poema.
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