viernes, 12 de septiembre de 2008

El juego del amor

    Se sabía la más guapa, y tenia muchos pretendientes, y estaba completamente enamorada de el, el más atractivo.
    Ella tenia una belleza especial, sofisticada a la vez que sencilla, sin ningún adorno era ya lo más elegante que los ojos de un hombre podían mirar..., y todos los hombres la pretendían.
    El tenia una energía que atraía a todo el mundo a su alrededor. Era grande y esplendido, todas las buenas cualidades las poseía y destacaba en todas ellas. Era el sueño de toda mujer...
    Ella pidió consejo a sus amigas, ¿como enamorar al mejor en todo?, le dijeron que los hombres son tontos en esto del amor, que cuando las cosas se les ponen fáciles, pierden el interés. Le aconsejaron que simulase, que fingiera que no estaba interesada en el, que se mantuviera a distancia, allí donde el viese pero no pudiera alcanzarla...
    Y así lo hizo, se acercó un día a el, para que viese toda su belleza, desplegó en ese momento todos sus encantos, de tal forma que el cayó rendido plenamente a sus pies, se enamoró ciega y locamente de ella. Pero ella cada día se mostraba más distante, hasta que un día desapareció, no la vio en todo el día. Una tristeza le invadió el corazón, ¿volvería a verla?, aquella noche no pudo dormir, y al amanecer empezó a vislumbrarla de nuevo en la lejanía, cada vez se aproximaba más, y cada vez más.
    Un día se decidió, compró un gran ramo de flores, y se fue acercando poco a poco a su casa, ella lo veía venir, y la emoción le rompía por dentro, pero no podía cambiar esa expresión altiva que tan buenos frutos le estaba dando. A medida que se iba acercando, su energía se eclipsaba y el miedo le invadía, miedo al rechazo, su cabeza iba generando preguntas sin respuesta, preguntas que generaban dudas. Llegó a la puerta, esas energías de las que hacía gala en otros momentos le fallaron, y esa decisión y liderazgo, no se veían por ningún lado. Se quedo ahí, junto a la puerta, con el ramo de flores en la mano, con el corazón en un puño y la garganta seca. Al otro lado de la puerta estaba ella que ya sentía su presencia, con el corazón en la garganta y el alma en el estomago. Ella no abriría hasta que el llamase, sabia que estaba ahí, pero tenia que disimular, espero durante horas.
    El miedo a la decepción hizo que el se marchara, dejando las flores en el quicio de la puerta, sin notas, sin mensajes, y se fue alejando lentamente, con el corazón roto, pero lleno de energía. Juró volver a reunir las fuerzas necesarias para enamorarla, y conquistarla.
    Ella acabó desilusionada, ¿Se habría enamorado de otra?, al día siguiente, cuando vio como la miraba... supo que no, que su amor solo podría dárselo a ella...
 
    Y dicen que el vuelve cada cierto tiempo a su puerta, pero nunca se atreve a llamar, y ella coqueta y altiva, sigue siendo fiel a los malos consejos de sus amigas. Y el se va desgastando, y cada día sus fuerzas van a menos, y según dicen, el día que su energía se consuma, será el fin para todos nosotros.
 
    Por eso yo le pido, con la voz alta, que se deje de juegos y le ame, abiertamente, que le de toda la pasión contenida en sus años, y luego si quiere, le deje ir, con nuevas energías, para que siga siendo el mas grande, el líder...
 

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